24.3.08

Un viaje

Fue un día 14. Fue a mediados del mes cuando inicié ese viaje. No lo había pensado mucho y solo quería que fuera una experiencia hermosa, que trajera diversión a mi sentidos y que, en definitiva, significara un momento de pasarlo bien. Lo había decidido con algunas semanas de anticipación y sin dudar. Aún no dudo.

Así fue como inicié ese viaje, osado y temerario. Por qué lo hice, no lo sé. Nunca antes había hecho algo similar. El viaje me trajo gratas sorpresas, fue agradable y cómodo. Transcurridos los días, le tomé el peso a la decisión del día 17. Una decisión quizás un poco apurada entonces, pero hoy no me arrepiento. No.

Ha sido un viaje precioso desde entonces. Ha tenido algunos sinsabores que tienen que ver con elementos que no puedo controlar. El resto, todo lo demás de este viaje ha sido lindo y solo quiero que continúe. Que se mantenga y se perpetúe. Que este viaje pueda tornarse lleno de tranquilidad, seguridad, estabilidad y sobre todo amor. Vendrán decisiones que acompañaran este viaje. Espero estar preparada para tomar las más acertadas y seguir disfrutando de mi hermoso viaje.


1.3.08

Para siempre


Te echo de menos. Mucho. Recuerdo cuando vinieron esas lágrimas sobre tu pecho al imaginarme los días que venían, lejos de ti. Luego me tranquilicé cuando en el amplio espectro del horizonte me presentaste, sin querer, la posibilidad de que no estabas seguro. Esa posibilidad de inseguridad ante lo que viene, la negación de modificar lo que tienes, la dependencia emocional con los tuyos. Comprensible, entendible.

Esa posibilidad secó mis lágrimas e, increiblemente, me dio tranquilidad. Si, tranquilidad. Porque si llegado el momento optabas por negarte a ese cambio, yo sabría que no era tu momento y que quizás, solo quizás, lo nuestro no era estar juntos.

Luego me aseguraste que estás convencido. Y te creo. Y sigo tranquila. Tranquila porque me siento absolutamente enamorada. Y sé que soy correspondida de la manera más dulce y honesta. Sin embargo, no puedo dejar de echarte de menos. Por las noches, nadie me busca dormido para abrazarme y besarme, ni siento tu respiración en mi oido, ni tu espalda contra la mía. De día, sé que al mirar junto a mi, son otros los que caminan a mi lado. Y no tu. Tampoco estás ahí para tomar mi mano y movernos seguros y confiados. Creo que pasará algún tiempo antes que eso ocurra. Que estemos juntos como queremos. Para siempre.

Hoy estoy más convencida que ayer de eso. Eso del para siempre. Tengo en mi mano la opción hermosa de elegir un futuro contigo y he optado por ella. Espero que tu también quieras lo mismo. Yo creo si. No hay mejor situación que estar enamorada, sentirse correspondida y además estar en la misma frecuencia. En todo. Para siempre.

Escuché a un hombre que luego de 38 años recordaba entre lágrimas, cómo se enamoró de su mujer la primera vez que la vio, y cómo la siguió amando todos estos años, cómo la sostuvo en momentos difíciles y cómo buscó hacerla feliz cada día y hasta su despedida en una tumba. Me emocioné por los sentimientos de ese hombre, padre y abuelo. Porque esa es la vida que quiero para mi. Para que al final de todo. Solo pueda decir que amé y me amaron como yo quería.
Para siempre.